martes, 27 de abril de 2010

Un recorrido por la Provincia de Entre Ríos

Sensaciones compartidas


Entre Ríos, una provincia amada por nosotros. Vivimos allí muchos años, la recorrimos toda y eso nos permite conocer sus paisajes, su gente, y sentimientos, y hoy la mostramos al turismo.
Hemos tenido la suerte de vivir desde adentro la evolución de la mayoría de las ciudades, el crecimiento turístico, que en algunos lugares fue tan rotundo que provocó, no sólo un desarrollo económico y estructural, también un cambio de vida en sus pobladores.
Así fue el caso de “La Nueva Federación”, después de sufrir el proceso de desarraigo que produjo la inundación de la vieja ciudad para dar paso a la nueva, a causa de la construcción de la represa Salto Grande. Unos años más tarde la búsqueda y descubrimiento de aguas termales les daría una compensación, y se construyeron allí las primeras termas de la Mesopotamia, y sería el boom turístico que hoy sigue en franco crecimiento.
Otro Gran salto lo dio Gualeguaychu, la inauguración del Puente internacional General San Martín en 1976, luego un Casino, en 1987, más tarde el corsódromo y su colorido carnaval, y sumó últimamente las Termas.
La revelación más reciente ha sido Victoria, que en mi caso, particularmente fue el cambio que más me impactó. Quien tuvo la oportunidad de conocer esa ciudad hace 10 años, y no volvió, tiene que prepararse a recorrerla y sorprenderse, fundamentalmente en la zona costanera, con una mirada al río, franca, brillante y con domingos multitudinarios.
Todos estos cambios han impactado, claro en la vida de los lugareños. Algunos extrañan la tranquilidad de otrora, y muchos festejan su crecimiento que trajo más trabajo en todas las áreas. Se extraña en muchos casos la tranquilidad y seguridad, pero ellos siguen siendo pausados, tranquilos y cordiales.
Toda la provincia de Entre Ríos, con sus verdes, presenta atracciones para todas las edades, todos los gustos. Las Termas han sido el boom de los últimos años, actualmente hay en distintos puntos de la provincia, de aguas dulces y otras saladas, todas atraen a los turistas como propuesta de salud y relax.
Recorrer la provincia nos depara además, caminos pintorescos, de lomadas, como el del departamento de Victoria, estancias con propuestas de turismo rural o turismo cinegético, propuestas de ecoturismo, como el del parque PRE Delta de Diamante.. La presencia de congregaciones religiosas, como es el caso de los benedictinos en Victoria.
La historia de Inmigrantes que poblaron la provincia, como las colonias Judías de Basabilvaso y su entorno, los alemanes del Volga ubicados en distintas zonas del departamento de Diamante y también Gualeguaychu y Colón. Los italianos, españoles, suizos y tantos otros, que tienen en San José la historia de su presencia e influencia en la zona.
En Concepción del Uruguay, el recorrido histórico nos habla del federalismo, y la fuerte presencia de un caudillo como Urquiza, con su Palacio, y el primer colegio nacional.
Casi todas las ciudades de Entre Ríos tienen algo en común, que yo conocí y sentí durante mi estadía de 15 años en la querida Gualeguay, calles angostas, y las paredes altas con grandes ventanas, rejas artísticas y rodeadas por molduras que caen sobre las veredas también angostas. A las calles les falta verde, pero están llenas de arte.
El verde lo tienen en las plazas y parques, también en las playas, ya que por ser una provincia rodeada de ríos, cada ciudad tiene su balneario. Los paseos por el río Paraná frente a las hermosas barrancas de la capital de la provincia son inolvidables, pero también hay excursiones en lancha por el río Uruguay en Colón, ni que hablar de la posibilidad de excursiones de pesca en las distintas ciudades.
Una de las cosas que yo más recuerdo de mi vida en Gualeguay es el placer que me causaba disfrutar los atardeceres en la playa. El río Gualeguay serpentea, y en cada curva muestra hermosas playas de arena blanca y fina, enfrentada a campos verdes y poblado de animales. Al caer la tarde todas las aves comienzan a bajar y el paisaje se torna colorido y melodioso. No me olvido de los sabores, ya que todos los “vecinos” de la ciudad disfrutan el paisaje, compartiendo su mate, los biscochos, pastelitos etc., en sus reposeras, con los pies metidos en el agua en esos atardeceres calurosos de verano.

El mate, un símbolo de la provincia diría yo. Si bien es una costumbre argentina, no podría imaginarme un entrerriano sin el mate (aunque los hay). Una presencia ineludible en cada reunión, en la playa, la plaza, la calle y en cada casa.
Esto me hace pensar en el turismo gastronómico. Claro, viajar sin pensar en ese atractivo es dejar de lado uno de los placeres de la vida. Y cada lugar nos muestra una tendencia diferente. Empezando por el mate amargo y con cascaritas de naranja, las empanadas de carne dulce, son una casi exclusividad de los entrerrianos. Otras delicias que recuerdo son el pollo al scarpeto (un tipo de pollo relleno, delicioso), el postre Chajá, “la galleta”, las tortas negras (siempre defenderé a las Gualeyas como las más ricas del país), el helado Bahilo de Gualeguaychu. Pero además, y sin ser una exclusividad de la provincia, los pueblos y ciudades nos dan la posibilidad de volver a lo natural, los ravioles caseros rellenos de verdura, el pollo entrerriano, uno de los mejores con una pechuga bien carnosa., las milanesas de surubí, y tantos otros, que no nos podemos privar de disfrutar en cada lugar que visitamos.

Entre Ríos, la tenemos tan cerca, tiene tantas atracciones. Las distancias se comenzaron acortar en 1969 con la inauguración del Túnel Subfluvial que une a esta provincia con Santa Fe, luego en 1977 se unieron a BsAs con el puente Zárate Brazo Largo, y finalmente en el 2003, el puente Nuestra Señora del Rosario, se transformó en un nuevo motivo de acercamiento.
Nuestros recorridos por Entre Ríos vienen cargados de imágenes y sensaciones y lo quisimos compartir.
Lic. Marta Rappa
Abril/2010

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